¡No importa cuán preparados, capaces y dispuestos seamos, a veces nos toca soltar y dejar ir, esto es parte de la vida! Debemos entender y aceptar que muchas veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos hizo felices, soltar los seres, momentos y cosas a las cuales nos aferramos intensamente creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la soledad y del desbordamiento emocional.
Muchas veces somos quienes somos gracias a aquello que hemos vivido, aquello que las personas han dejado en nosotros, pero mucho de lo que somos es también el resultado de lo que hemos soltado y dejado ir y que ya no está con nosotros. Quizás sea doloroso aceptarlo pero no podemos seguir adelante con lo que hemos perdido, con lo que ya no está en nuestras vidas.
Dejar y soltar nos libera de cargas que quizás en el pasado hemos querido y valorado pero que no podemos seguir adelante con todos los recuerdos, los momentos, situaciones que ya no existen, aunque haya valido la pena vivirlos. Toma conciencia que dejar ir y soltar permite que las emociones que tienes reprimidas inconscientemente se expresen y que luego puedas descubrir tu capacidad para transformarlas en emociones más elevadas como el perdón y la gratitud.
Igualmente, dejar ir y soltar es un acto de perdón, de liberación de los propios juicios y condenaciones, junto a los sentimientos que los soportan, dejar que se disipen y se deshagan con la aceptación y la comprensión.